Los protagonistas de este análisis han de ser los programas e incentivos que los ministerios de de Comercio, Industria y Turismo, y de Hacienda; y la Canciller María Ángela Holguín han realizado durante las últimas semanas. Por ejemplo, para el sector turismo, con los incentivos que buscan convertir al país en un destino de talla mundial, y llegar a la cifra de 4 millones de visitantes internacionales en 2014; en el proceso de paz, que se acerca a acuerdos sobre el sector agrario; para las microempresas nacionales; a las que Bancóldex apoya con el propósito de que crezcan de manera rápida, rentable, sostenida, e innovativa en todos sus procesos; y demás acciones donde el Presidente Juan Manuel Santos ha estado presente.
De esta manera, existe un acercamiento y preocupación por las microempresas nacionales para mejorar sus productos y calidad; los programas y presentaciones del país los muestran como una fuente de riqueza, donde se permite que el microempresario genere expectativas de comercio. Sin embargo, uno de los principales argumentos en los que estamos en desacuerdo, radica que en la mayoría de sus políticas, se refieren a un incentivo por generar expectativas de empleo, desarrollo económico y tecnológico. Sin embargo, las preocupaciones están tanto en el desarrollo a nivel nacional; y qué tan adecuada es la capacitación de los microempresarios, las ventajas de los diferentes tratados económicos, como también en los acuerdos turísticos que incentivan el eco-turísmo, que, de alguna otra forma, van a generar un impacto en la sociedad colombiana, pero principalmente en estos lugares “especiales”, considerados, de alguna manera, vírgenes, en sentido del ambiente natural y como pueblos tradicionales colombianos; que guardad esa tradición, y pueden ser incluso periféricos.
De tal manera que las políticas están predeterminadas como que serán bien recibidas por los pueblos, provincias y personas de estos lugares “tan” distantes, diferentes y especiales; por ejemplo, las nuevas propagandas para incentivar el turismo en el país, muestran fotografías sugestivas, bajo el slogan “realismo mágico”, que es el caso de Caño Cristales, se ve el río y el fondo de la imagen, son tres turistas saltando sobre las rocas con un toque,“mágico” de aventura,o de irrealidad. Igualmente nos surge la duda, sobre cómo han de afrontar los habitantes del magdalena las nuevas políticas, que muy seguramente van a ser implementadas por el gobierno, ya sea en infraestructura y mejora de los pueblos, como nuevas normas de comportamiento, para el momento de arribo del turista. Así, de muchas formas han de cambiar los incentivos económicos del lugar, las ventajas de ingresos que habrán de ver, con la presencia de estos personajes; además, de la manera en la que las dinámicas económicas y sociales se verán afectadas por estas mismas razones, ¿Qué garantiza un turismo ecológico cuando los pueblos que se visitan no tienen los servicios básicos?; o¿cuándo no hay tratamiento de basuras, y hay problemas sociales, de salud, de educación, y conflicto armado?. Este último asunto bastante controversial y una de las preocupaciones del Ministerio de Turismo, pues la disposición de fuerzas armadas para proteger los lugares turísticos es mucho más alta.
De lo dicho, se concluye que tanto en las páginas oficiales de los ministerios como en los medios de comunicación, se necesita la opinión de los sectores económicos involucrados; o cómo se vive o se piensa el procesos de paz, influencia los avances y mejoras de la inversión extranjera y el turismo. Así, Indagar más sobre sus opiniones y sobre sus necesidades, se hace necesario, pues es importante saber la situación y requerimiento reales y no solo las propuestas que son expuestas por el gobierno.