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| Tomado de :http://soledad-atlantico.gov.co/noticias.shtml?apc=Cnxx-1-&x=1850573 |
Durante el mes de marzo, logramos observar cómo el gobierno ha intentado diversificar e incentivar distintas maneras inversión, como el atractivo turístico con distintos objetivos; entre ellos, el de mejorar las relaciones con los otros países, y posicionar a Colombia ante el mundo, al generar mayor conectividad con Europa, a través de los trabajos de modernización en los aeropuertos, el incentivo del eco turismo, en general, como un atractivo turístico.
Sin embargo otros aspectos a nivel económico, que han de repercutir a nivel social, están en mucha relación con la fomentación y el rápido procesos de firmar TLC con Canadá, Corea y Costa Rica, la Union Europea, y la intención de firmarlo con Panamá.
Estos Tratados de Libre Comercio, tiene como fin principal diversificar los destinos de las exportaciones, son presentados por el Ministro de Comercio Sergio Díaz Granados como grandes oportunidades y retos para el país, bajo la condición que Colombia responda a las necesidades de lo que se necesita exportar y comprar; es decir, que se adapte a los patrones de consumo en el exterior. Sin embargo, esta propuesta de “adaptarse” presenta algunos inconvenientes para su desarrollo, y no todo es tan bonito, como lo afirma la embajadora de la Unión Europea en Colombia, María Antonia Van Gool, quien dice incentivar a los micro empresarios a aprender más idiomas aparte del inglés para posicionar sus productos en los distintos países Europeos.
Queremos presentar nuestras reflexiones sobre los TLC basándonos en aquellas noticias nacionales que están en relación con ellos y nos presentan un panorama, tal vez lo suficientemente cercano, a la realidad colombiana. Si bien es cierto que el TLC representa una oportunidad para dinamizar la oferta en las exportaciones y permite lograr mayores tasas de crecimiento, porque tiende a generar más empleo formal; que es a fin de cuentas las metas que tiene el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
No es suficiente con que hayan potenciales en el mercado de productos étnicos, orgánicos y agrícolas. Aunque es bastante positivo saber por Proexport, que hay cerca de 800 potenciales productos a exportar, por ejemplo al mercado europeo; y también es positivo que el ámbito industrial y pesquero tenga libre acceso de aranceles a la UE cuando entre en vigencia el acuerdo, y que la industria liviana, de confecciones, artes gráficas, muebles, cestería, artesanías, bisutería, manufacturas de plástico y cuero, calzado y metalmecánica tiene grandes oportunidades en este mercado. Es necesario conocer lo que se evidencia en la realidad, esta semana las problemáticas de los tratados han repercutido y mostrado en las microempresas nacionales, que están siendo afectadas por el mal manejo de las políticas que permitan competir con los otros países, que se observa en la crisis del sector agropecuario, como en el paro cafetero y en la ganadería (en su sector lácteo).
Nos preguntamos ¿qué tan buena es la exigencia del ministerio con respecto a la transformación y modernización de los procesos productivos en estos dos sectores? Mientras que en el sector lácteo se exige la transformación genética de los animales y la medición de calidad; los ganaderos ven avecinarse la época de las “vacas flacas”, y se encuentran ya cerca de la bancarrota al pretender ser competitivos con los productos subsidiados que ingresan al país. El sector cafetero, demostró su indignación durante estas dos semanas, que terminó siendo conciliado por un auxilio de $145.000 pesos bajo el nombre de “protección al Ingreso de los Caficultores (PIC)” lo que cuesta 800 mil millones de pesos al país únicamente para este año 2013 con la esperanza que se recuperen los niveles de productividad. Pero, ¿acaso los caficultores al igual que los floricultores no tenían un subsidio antes del TLC con EE.UU? Parece ser que los lineamientos para los acuerdos comerciales no fueron bien estructurados y el sector agropecuario tiende al colapso.
Como el empleo formal y el aumento de la tasa del crecimiento del país son las metas y los provechos esperados, y requieren, además, el encadenamiento de la industria de bienes y servicios con las intervenciones extranjeras de minería hidrocarburos y petróleo; y consecuentemente el sector agropecuario y las microempresas colombianas tienen grandes potenciales de comercio por la dinamización de la oferta exportable; siempre y cuando haya una preparación adecuada en materia de competitividad tanto interna como con otras naciones.Consideramos que las ventajas de las que habla el ministro de Comercio Industria y Turismo, que llegarán con los TLCs al país; nos hace cuestionar ¿qué tan buena es esta evidenciable dependencia de empresas exteriores en el desarrollo de nuestro país?, nos referimos sobre todo al tema de importación tecnológica, bajo el supuesto que las microempresas logran acceder a insumos y equipos más baratos; con lo que se consigue favorecer la competitividad en la producción nacional. A pesar de que esta política limita la capacidad del país de generar su propia producción para la competencia; de esta manera, lo que se estaría fomentando es la formación de monopolios extranjeros en nuestro país y no la producción de tecnología.
El Gobierno colombiano, ha tomado medidas para proteger los productos colombianos con el sello de originalidad, seguramente, para representar a nuestro país ante el mundo y la competencia en el mercado; y de esta manera proteger su producción y lograr la inserción efectiva de los productos distintivos nacionales en los mercados mundiales. Pero creemos oportuno desarrollar nuevas medidas que fortalezcan a las empresas nacionales por lo que hemos visto, en realidad no están siendo protegidas y si se les exige efectividad y calidad. En resumen, podemos darnos cuenta que Colombia es un país en proceso de crecimiento que está tratando de establecer lazos con otros paises y asi continuar desarrollándose en todo los ámbitos posibles, con el fin de garantizar la erradicación de la pobreza, el crecimiento de la economía, el desarrollo sostenible y un soporte para la paz. Sin embargo, el Gobierno debe replantear la protección a estas microempresas de las cuales asegura que están sosteniendo crecimientos fructíferos y considerables para el país.
Sin embargo otros aspectos a nivel económico, que han de repercutir a nivel social, están en mucha relación con la fomentación y el rápido procesos de firmar TLC con Canadá, Corea y Costa Rica, la Union Europea, y la intención de firmarlo con Panamá.
Estos Tratados de Libre Comercio, tiene como fin principal diversificar los destinos de las exportaciones, son presentados por el Ministro de Comercio Sergio Díaz Granados como grandes oportunidades y retos para el país, bajo la condición que Colombia responda a las necesidades de lo que se necesita exportar y comprar; es decir, que se adapte a los patrones de consumo en el exterior. Sin embargo, esta propuesta de “adaptarse” presenta algunos inconvenientes para su desarrollo, y no todo es tan bonito, como lo afirma la embajadora de la Unión Europea en Colombia, María Antonia Van Gool, quien dice incentivar a los micro empresarios a aprender más idiomas aparte del inglés para posicionar sus productos en los distintos países Europeos.
Queremos presentar nuestras reflexiones sobre los TLC basándonos en aquellas noticias nacionales que están en relación con ellos y nos presentan un panorama, tal vez lo suficientemente cercano, a la realidad colombiana. Si bien es cierto que el TLC representa una oportunidad para dinamizar la oferta en las exportaciones y permite lograr mayores tasas de crecimiento, porque tiende a generar más empleo formal; que es a fin de cuentas las metas que tiene el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
¿ Y las microempresas nacionales?
No es suficiente con que hayan potenciales en el mercado de productos étnicos, orgánicos y agrícolas. Aunque es bastante positivo saber por Proexport, que hay cerca de 800 potenciales productos a exportar, por ejemplo al mercado europeo; y también es positivo que el ámbito industrial y pesquero tenga libre acceso de aranceles a la UE cuando entre en vigencia el acuerdo, y que la industria liviana, de confecciones, artes gráficas, muebles, cestería, artesanías, bisutería, manufacturas de plástico y cuero, calzado y metalmecánica tiene grandes oportunidades en este mercado. Es necesario conocer lo que se evidencia en la realidad, esta semana las problemáticas de los tratados han repercutido y mostrado en las microempresas nacionales, que están siendo afectadas por el mal manejo de las políticas que permitan competir con los otros países, que se observa en la crisis del sector agropecuario, como en el paro cafetero y en la ganadería (en su sector lácteo).
Nos preguntamos ¿qué tan buena es la exigencia del ministerio con respecto a la transformación y modernización de los procesos productivos en estos dos sectores? Mientras que en el sector lácteo se exige la transformación genética de los animales y la medición de calidad; los ganaderos ven avecinarse la época de las “vacas flacas”, y se encuentran ya cerca de la bancarrota al pretender ser competitivos con los productos subsidiados que ingresan al país. El sector cafetero, demostró su indignación durante estas dos semanas, que terminó siendo conciliado por un auxilio de $145.000 pesos bajo el nombre de “protección al Ingreso de los Caficultores (PIC)” lo que cuesta 800 mil millones de pesos al país únicamente para este año 2013 con la esperanza que se recuperen los niveles de productividad. Pero, ¿acaso los caficultores al igual que los floricultores no tenían un subsidio antes del TLC con EE.UU? Parece ser que los lineamientos para los acuerdos comerciales no fueron bien estructurados y el sector agropecuario tiende al colapso.
Como el empleo formal y el aumento de la tasa del crecimiento del país son las metas y los provechos esperados, y requieren, además, el encadenamiento de la industria de bienes y servicios con las intervenciones extranjeras de minería hidrocarburos y petróleo; y consecuentemente el sector agropecuario y las microempresas colombianas tienen grandes potenciales de comercio por la dinamización de la oferta exportable; siempre y cuando haya una preparación adecuada en materia de competitividad tanto interna como con otras naciones.Consideramos que las ventajas de las que habla el ministro de Comercio Industria y Turismo, que llegarán con los TLCs al país; nos hace cuestionar ¿qué tan buena es esta evidenciable dependencia de empresas exteriores en el desarrollo de nuestro país?, nos referimos sobre todo al tema de importación tecnológica, bajo el supuesto que las microempresas logran acceder a insumos y equipos más baratos; con lo que se consigue favorecer la competitividad en la producción nacional. A pesar de que esta política limita la capacidad del país de generar su propia producción para la competencia; de esta manera, lo que se estaría fomentando es la formación de monopolios extranjeros en nuestro país y no la producción de tecnología.
El Gobierno colombiano, ha tomado medidas para proteger los productos colombianos con el sello de originalidad, seguramente, para representar a nuestro país ante el mundo y la competencia en el mercado; y de esta manera proteger su producción y lograr la inserción efectiva de los productos distintivos nacionales en los mercados mundiales. Pero creemos oportuno desarrollar nuevas medidas que fortalezcan a las empresas nacionales por lo que hemos visto, en realidad no están siendo protegidas y si se les exige efectividad y calidad. En resumen, podemos darnos cuenta que Colombia es un país en proceso de crecimiento que está tratando de establecer lazos con otros paises y asi continuar desarrollándose en todo los ámbitos posibles, con el fin de garantizar la erradicación de la pobreza, el crecimiento de la economía, el desarrollo sostenible y un soporte para la paz. Sin embargo, el Gobierno debe replantear la protección a estas microempresas de las cuales asegura que están sosteniendo crecimientos fructíferos y considerables para el país.
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